En un paso clave rumbo a las Elecciones Generales 2025, este domingo se llevó a cabo un simulacro en tiempo real del Sistema de Resultados Electorales Preliminares (SIREPRE), herramienta digital que será vital para el conteo rápido y la transparencia electoral el día de los comicios. La actividad tuvo lugar en el departamento de Tarija y se ejecutó de forma simultánea a nivel nacional, según informaron autoridades del Órgano Electoral Plurinacional (OEP) en conferencia de prensa.
El evento fue liderado por el Dr. Gustavo Ávila, Vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE), y la Dra. Jazmín López, Directora Departamental del Servicio de Registro Cívico (SERECI) en Tarija. Ambos destacaron la importancia del simulacro como una herramienta fundamental para evaluar el rendimiento, la cobertura y la eficacia del sistema, además de capacitar a los operadores encargados de la transmisión de datos el día de la elección.
“Este segundo simulacro busca no solo probar el sistema en condiciones reales, sino también reforzar la confianza de la ciudadanía en la transparencia del proceso electoral. Es un paso técnico, pero con profundas implicancias políticas y sociales», señaló el Dr. Ávila.
Tecnología en movimiento: despliegue nacional
Durante la jornada, operadores técnicos del sistema fueron desplegados hacia diferentes rutas previamente asignadas en todo el país. Su tarea: simular la recolección y transmisión de actas desde recintos electorales hasta los centros de cómputo. Este despliegue permite al TSE identificar posibles fallas, tiempos de transmisión y ajustes logísticos necesarios, especialmente en zonas rurales o con conectividad limitada.
Cabe recordar que el SIREPRE, aunque no tiene carácter vinculante legalmente (los resultados oficiales los entrega el cómputo departamental y nacional), cumple una función clave: ofrecer resultados preliminares rápidos, ayudar a contener tensiones políticas y garantizar el derecho ciudadano a la información oportuna.
Observadores internacionales: el ojo europeo en el proceso
Uno de los elementos más relevantes del simulacro fue la presencia de observadores electorales de la Unión Europea, quienes acompañan el proceso boliviano como parte de una misión de observación internacional. Su rol es evaluar la transparencia, imparcialidad, organización y acceso a la información del sistema electoral boliviano, además de emitir recomendaciones que puedan fortalecerlo.
La participación internacional es vista como un respaldo importante para legitimar los resultados, sobre todo en un país donde la polarización política ha marcado las últimas elecciones y donde la confianza en las instituciones todavía enfrenta desafíos importantes.
Un ensayo que anticipa tensiones y expectativas
Este segundo simulacro se da en un contexto de alta sensibilidad política, con un panorama electoral fragmentado, donde tanto el oficialismo como las distintas fuerzas de oposición se disputan la narrativa de transparencia y legitimidad. Por eso, el funcionamiento eficiente del SIREPRE no es solo un tema técnico, sino una cuestión simbólica de confianza ciudadana y estabilidad democrática.
Al tratarse de un sistema tecnológico, su implementación exitosa depende también de factores externos como la conectividad, la capacitación de operadores, la ciberseguridad y la gestión comunicacional del proceso. Cualquier error o retraso el día de la elección podría ser utilizado como argumento por actores políticos para deslegitimar el resultado, de ahí la relevancia de estos ensayos.
El esfuerzo del Órgano Electoral por probar, ajustar y transparentar el sistema en condiciones reales merece reconocimiento. Sin embargo, también es necesario reconocer que ninguna tecnología electoral, por más avanzada que sea, puede sustituir la confianza social y política.
El problema de fondo en Bolivia no está solo en los sistemas de cómputo, sino en la percepción de parcialidad, en las heridas no cerradas de procesos pasados (como las elecciones de 2019) y en la polarización que convierte cualquier error técnico en un escándalo político. La transparencia técnica debe ir acompañada de comunicación clara, participación ciudadana y garantías institucionales reales.
En resumen, el simulacro del SIREPRE es un buen paso, pero todavía falta recorrer mucho camino para que el día de la elección la ciudadanía no solo vea los resultados en una pantalla, sino que los crea, los respete y los considere legítimos.











