- La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó el 31 de julio de 2025 una reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida (El País).
- El paquete incluye:
- Fue aprobado con 57 votos a favor y 3 en contra, sin debate legislativo significativo (El País).
- Según la oposición y organizaciones como Human Rights Watch, estas medidas consolidan el poder en manos de Bukele y representan avances autoritarios con paralelos a Nicaragua o Venezuela (The Wall Street Journal).
En conjunto, esta reforma marca un cambio profundo en el régimen electoral salvadoreño, centralizando poder político y eliminando límites institucionales al mandato presidencial.
Bolivia: límites firmes a la reelección indefinida
- La Constitución boliviana de 2009 limita al cargo de presidente y vicepresidente a dos mandatos, continuos o discontinuos, mediante el artículo 168 (El País, infobae).
- En un referéndum en febrero de 2016, la ciudadanía rechazó, con un 51.3 % de los votos, permitir una reelección adicional (Wikipedia).
- En 2017, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) invocó la Convención Americana de Derechos Humanos para habilitar a Evo Morales para un cuarto mandato, alegando derecho humano a la reelección (France 24).
- Sin embargo, el 30 de diciembre de 2023, el mismo TCP emitió la Sentencia Constitucional 1010/2023, reafirmando que la reelección indefinida no existe como derecho humano, y que solo se permiten hasta dos mandatos (France 24).
- En mayo de 2025, una nueva sentencia (007/2025) concluyó de forma unánime en el TCP que Evo Morales está inhabilitado como candidato para 2025 y que la reelección indefinida está prohibida (Wikipedia).
- La Procuraduría General del Estado ratificó este posicionamiento, destacando la necesidad de preservar la democracia, alternancia y frenos institucionales (infobae).
Comparación: El Salvador vs Bolivia
| Tema | El Salvador (2025) | Bolivia |
| ¿Reelección indefinida? | Sí, abolida prohibición constitucional. | No, limitada a dos mandatos, constitucionalmente estable. |
| Duración del mandato | Ampliado a 6 años | 5 años estándar |
| Segunda vuelta electoral | Eliminada por reforma | Preservada en legislación vigente |
| Proceso de aprobación | Votación exprés sin debate legislativo | Referéndum y pronunciamientos del Tribunal Constitucional |
| Activación judicial | Corte constitucional afín a Bukele interpretó derecho humano | Corte boliviana revirtió fallos anteriores con firmeza |
| Opinión de organismos internacionales | Alarmas sobre autoritarismo y hegemonía de poder | Apoyo a la alternancia, rechazo de perpetuación |
Desde una perspectiva democrática y constitucional:
- En El Salvador, la eliminación de límites presidenciales, junto con la eliminación de la segunda vuelta y la extensión del periodo, sugiere un claro desplazamiento hacia un modelo político concentrado en manos de una sola figura y su partido. La velocidad y falta de debate del proceso refuerzan alertas legítimas sobre deterioro institucional.
- En cambio, Bolivia vivió momentos de tensión constitucional, pero finalmente reafirmó —vía tribunal y referéndum— la vigencia del límite de dos mandatos y respetó la voluntad popular expresada en un referendo vinculante. La reelección indefinida fue rechazada dos veces: una vía referéndum y otra vía tribunal de justicia.
Ambos casos ilustran dilemas clásicos en América Latina: entre la tentación de líderes populares de perpetuarse en el poder y la necesidad de garantizar alternancia, contrapesos institucionales y participación ciudadana efectiva. El contraste entre un sistema expresamente creado para perpetuar al mandatario y otro que lo repudió jurídicamente, es notable y significativo.
En resumen
- El Salvador ha dado un paso histórico hacia la reelección indefinida del presidente, alineando elecciones y extendiendo considerablemente el mandato, en un proceso legislativo rápido y cuestionado.
- Bolivia, por otra parte, mantiene límites constitucionales firmes: tras un referéndum y decisiones del Tribunal Constitucional, la reelección indefinida fue anulada y prohibida como opción política.
Observo que la situación de El Salvador abre escenario para debates profundos sobre democracia, institucionalidad y concentración del poder – mientras Bolivia resguarda el principio constitucional de alternancia.









