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Gobernación de Chuquisaca convoca a Jeanine Áñez a actos protocolares del Bicentenario en calidad de expresidenta

En un gesto que ha generado atención nacional, la Gobernación de Chuquisaca, a través de una carta firmada por el gobernador interino Luis Ayllón, ha extendido formalmente una invitación a la exmandataria Jeanine Áñez Chávez para participar en los actos protocolares oficiales del Bicentenario de Bolivia, previstos en Sucre del 1 al 3 de agosto de 2025 (unitel.bo, Correo del Sur).

La misiva, dirigida específicamente a Áñez en su condición de expresidenta, hace referencia al cumplimiento de la Ley N° 1347, que designa a Chuquisaca como el departamento articulador de las celebraciones bicentenarias (unitel.bo). En la misma comunicación, se incluye una atención protocolar: un almuerzo oficial organizado por la Gobernación para las máximas autoridades del país (Red Uno).

Según Ayllón, “será un honor contar con su presencia en dichos actos oficiales”, expresando la intención de incluir a todos los expresidentes bolivianos en la conmemoración (unitel.bo).

Contexto y debate político

  • Situación legal de Áñez: Desde la cumbre del poder ejecutivo en noviembre de 2019 hasta noviembre de 2020, Áñez ejerció como presidenta transitoria. Actualmente cumple sentencia en el penal de Miraflores, derivada del caso “Golpe de Estado II” y enfrenta procesos judiciales adicionales (Red Uno).
  • Rechazo del oficialismo: El MAS y sus aliados han cuestionado la legitimidad de su mandato, alegando que fue asumido de forma “irregular”. Sin embargo, la Gobernación apela a su status constitucional de exmandataria, reivindicado por la propia Áñez, quien reclama su derecho a un juicio de responsabilidades (Correo del Sur).

Agenda oficial del Bicentenario (1‑3 de agosto, Sucre)

  1. Ceremonias centrales con jefes de Estado y autoridades nacionales.
  2. Actos cívico‑institucionales en plazas y edificios históricos.
  3. Almuerzo protocolar organizado por la Gobernación para autoridades y expresidentes.

(Añez ha sido incluida entre los invitados de “alto nivel”.) (unitel.bo)

Posibles repercusiones políticas

  • Diálogo nacional o controversia: La participación de Áñez, aún recluida, podría interpretarse como un gesto de inclusión institucional o, por el contrario, como una decisión que avive reacciones desde el oficialismo, que la considera ilegítima.
  • Impacto mediático: La presencia de la exmandataria en eventos oficiales podría influir en la percepción pública sobre la reconciliación institucional o, en su defecto, polarizar nuevamente el espacio político.

Sobre el Bicentenario de Bolivia

El bicentenario conmemora la Revolución de Chuquisaca de 1809, considerado el primer paso hacia la independencia nacional. La Ley N° 1347, promulgada por el presidente Luis Arce, establece la realización de actos culturales, cívicos y educativos hasta agosto de 2025, con Chuquisaca como epicentro de las celebraciones (Wikipedia).

La figura del expresidente ha sido tratada de forma distinta según el momento político, el gobierno de turno y la narrativa dominante sobre el pasado reciente.

1. El rol simbólico del expresidente en la política boliviana

A diferencia de otros países donde los expresidentes son figuras de consulta o mediación política (como en Chile o Uruguay), en Bolivia su rol simbólico es mucho más volátil y politizado. Aunque la Constitución Política del Estado (CPE) reconoce a los expresidentes y exvicepresidentes como dignatarios de Estado (con derecho a honores y seguridad), en la práctica su inclusión en actos públicos ha dependido más del clima político que del protocolo.

Artículo 162 de la CPE (2009) les garantiza un tratamiento honorífico, pero no obliga a incluirlos en actividades oficiales.

2. Momentos de unidad institucional: inclusión de expresidentes

Actos del Bicentenario de la Revolución de La Paz (2009)

En julio de 2009, durante el gobierno de Evo Morales, se conmemoró el Bicentenario de la Revolución de La Paz. Se invitó formalmente a Guido Vildoso, Jorge Quiroga (Tuto) y Carlos Mesa, quienes asistieron como expresidentes en un gesto que buscaba representar continuidad histórica. Morales incluso saludó su presencia como símbolo de «unidad patriótica», aunque hubo tensiones con el MAS por las posturas de algunos.

Transición 2019 – Actos del 6 de agosto (2020)

Durante el gobierno de Jeanine Áñez, el Día de la Independencia se celebró con una invitación formal a Carlos Mesa y Tuto Quiroga, quienes participaron como representantes de la historia democrática. Evo Morales, en el exilio argentino, no fue invitado, lo que provocó críticas por exclusión y sesgo político.

Asunción de Luis Arce (noviembre 2020)

Aunque con reticencia, el nuevo presidente del MAS Luis Arce incluyó en su acto de posesión a Carlos Mesa (como jefe de Comunidad Ciudadana) y a Eduardo Rodríguez Veltzé, exmandatario de transición (2005–2006), reconocido por su rol de pacificación nacional.

Exclusión o negación política: cuando el pasado se convierte en enemigo

Evo Morales y su ruptura con los expresidentes (2010–2019)

Durante gran parte de su mandato, Evo Morales evitó el contacto público con sus predecesores. No asistían a actos oficiales, y muchos eran sistemáticamente excluidos. Morales llegó incluso a calificar a Tuto y Mesa como “cómplices del neoliberalismo” o “enemigos de la patria”. Esta exclusión no solo fue política, sino también retórica: se los borró de muchos actos de conmemoración histórica.

Jeanine Áñez como figura no reconocida por el MAS

Tras su salida del poder, Áñez ha sido omitida completamente de actos del gobierno actual. El MAS no reconoce su mandato como constitucional y evita mencionarla en contextos oficiales. Su encarcelamiento refuerza su condición de expresidenta no reconocida políticamente, aunque constitucionalmente lo sea.

4. Bicentenario 2025: ¿reconciliación institucional o polarización?

La decisión de la Gobernación de Chuquisaca de invitar a todos los expresidentes, incluida Jeanine Áñez, rompe con la práctica reciente del gobierno central y plantea una pregunta clave:

¿El Bicentenario será una oportunidad para recomponer el tejido institucional o se convertirá en un nuevo frente de batalla política?

En un contexto ideal, los actos del Bicentenario deberían incluir a todos los actores históricos, incluso a aquellos con los que hay discrepancias profundas, como muestra de una memoria plural y democrática. La exclusión sistemática, como se ha visto con Áñez o Morales en distintos periodos, solo contribuye a una visión fragmentada de la historia nacional.

Bolivia no ha consolidado una cultura de Estado que honre la continuidad institucional por encima de los vaivenes partidarios. La inclusión de expresidentes en actos oficiales debería ser un mínimo democrático, no un favor discrecional según quién gobierne.

La invitación a Jeanine Áñez por parte de Chuquisaca puede leerse como una decisión de reconocimiento legal por encima de la disputa política, algo que el gobierno central tendrá que responder tarde o temprano. Si se niega a incorporar a todos los exmandatarios, corre el riesgo de convertir el Bicentenario —una fecha de unidad nacional— en un evento de exclusión y confrontación.