En su reciente emisión del programa “Te lo cuento o me lo cuentas”, la periodista Carla Bejarano abordó con soltura y aguda ironía algunos de los episodios más controversiales del actual escenario político boliviano, poniendo el reflector sobre figuras como Marcelo Claure, Samuel Doria Medina, Juan Pablo Velasco y Luis Fernando Camacho.
Samuel Doria Medina y la crítica a carreras “saturadas”
Uno de los momentos más comentados del programa fue la referencia a las declaraciones del empresario y candidato presidencial Samuel Doria Medina, quien afirmó que “no necesitamos más profesionales en derecho y comunicación social”, señalando que el país ya cuenta con 100 mil abogados inscritos en el Ministerio de Justicia y más de 14 mil estudiantes de comunicación.
Estas afirmaciones generaron incomodidad y rechazo, especialmente entre estudiantes y profesionales de ambas áreas. Carla Bejarano, con su característico tono directo y desenfadado, destacó la preocupante visión tecnocrática de Doria Medina, que parece reducir el valor profesional al peso numérico o a la supuesta utilidad práctica. La idea de «necesitar menos comunicadores», justamente en un momento de profunda crisis democrática, pone en tela de juicio su comprensión del papel de la prensa libre y el derecho como garantes de institucionalidad.
El apoyo de Claure: ¿espaldarazo o fuego cruzado?
Otra bomba informativa fue el respaldo abierto de Marcelo Claure a Samuel Doria Medina. Este apoyo, que antes fue objeto de rumores tras el debate presidencial y supuestas “reuniones secretas”, ahora ha sido confirmado por el propio entorno de campaña.
Carla Bejarano mostró extractos donde Juan Pablo Velasco, candidato a la vicepresidencia por la fórmula de Jorge “Tuto” Quiroga, admitía haber conocido a Claure. Velasco sostuvo que en democracia cada quien puede apoyar a quien quiera, pero esa frase sirvió más como evasiva que como explicación clara sobre los vínculos reales entre el empresario y los candidatos.
Lo interesante aquí es cómo la figura de Claure se convierte en un actor extraoficial pero poderoso, capaz de generar alianzas, sospechas y movimientos en las sombras, mientras el electorado observa con desconfianza cómo el empresariado se entrelaza con la política electoral.
Camacho, desde Chonchocoro: Dios, patria y Doria Medina
Desde su celda en Chonchocoro, el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho también se sumó a la polémica. En un mensaje cargado de misticismo, afirmó que “mi libertad está en manos de Dios” y, en un giro inesperado, pidió el voto para Samuel Doria Medina como la única vía para “salvar al país, la democracia y la economía”.
Bejarano no dejó pasar el detalle: ¿Es una estrategia calculada o un último acto de fe política desde la reclusión? El respaldo de Camacho puede verse como un intento de mantener influencia sobre el electorado cruceño, o como una forma de alinear fuerzas conservadoras frente al oficialismo, pero también puede terminar siendo un arma de doble filo para Doria Medina, asociado ahora a dos figuras altamente polarizantes: Camacho y Claure.
Velasco, entre lapsus y reproches
Finalmente, la conductora también expuso las críticas dirigidas a Juan Pablo Velasco, quien confundió los datos sobre efemérides entre La Paz y Cochabamba en una entrevista. Este error fue duramente atacado en redes, especialmente por evidenciar falta de preparación o superficialidad en su discurso público, un defecto imperdonable en tiempos donde se exige profundidad a quienes aspiran a cargos de liderazgo nacional.











