El presidente Luis Arce hizo un llamado público a la unidad de las fuerzas de izquierda en Bolivia, instando a superar divisiones internas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) y consolidar un frente común rumbo a las elecciones generales de 2025. Sin embargo, la propuesta fue duramente criticada y desestimada por el expresidente Evo Morales y por el candidato evista Andrónico Rodríguez, profundizando la crisis interna del oficialismo.
Durante un acto oficial en Cochabamba, Arce afirmó:
“Nuestro pueblo necesita unidad, no peleas entre compañeros. La izquierda boliviana debe reencontrarse con sus principios, más allá de los intereses personales. Es hora de reenfocar el proceso de cambio con responsabilidad y madurez”.
No obstante, Morales respondió desde su residencia en el Trópico de Cochabamba:
“¿Unidad con quienes persiguen, dividen y pactan con la derecha? Es una burla al pueblo. No se puede construir sobre la traición al instrumento político que tanto costó levantar”.
Andrónico Rodríguez también rechazó el llamado:
“El país necesita renovación real, no discursos vacíos. No vamos a unirnos con quienes usan el poder para bloquear a sus propios compañeros”.
Reacciones en el MAS
Las declaraciones encendieron aún más los ánimos dentro del partido de gobierno. La senadora Leonor Acata, cercana al ala renovadora, respaldó al presidente Arce:
“El presidente ha mostrado madurez política. No podemos seguir desgastándonos en luchas internas mientras la derecha se organiza”.
Por otro lado, el diputado evista Gualberto Arispe descalificó el intento de reconciliación:
“¿Unidad? Eso suena bonito cuando conviene. Pero ¿dónde estaba la unidad cuando encarcelaban a dirigentes del MAS-IPSP? Esa no es izquierda, es oportunismo”.
Opiniones desde la oposición
El llamado también generó reacciones desde sectores opositores. El candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, declaró:
“La fractura del MAS es profunda y no se resuelve con discursos. La verdadera unidad debe construirse sobre principios democráticos, no sobre hegemonías”.
Mientras tanto, el líder de Creemos, Luis Fernando Camacho, desde la cárcel de Chonchocoro, emitió un mensaje a través de sus redes sociales:
“La izquierda busca unirse para seguir en el poder. El país necesita alternancia, no reciclaje de liderazgos fallidos”.
La candidata independiente Eva Copa, exmasista y actual alcaldesa de El Alto, también comentó:
“La unidad no debe ser solo entre cúpulas. La izquierda tiene que volver a las bases, escuchar a los movimientos sociales, no solo hacer cálculos electorales”.
¿Unidad posible?
La polarización interna del MAS y la falta de consensos entre sus principales líderes hacen prever un escenario complejo para los comicios de 2025. Aunque algunos sectores sociales aún apuestan por una reconciliación, el clima actual es de abierta confrontación.
Analistas políticos como Jimena Costa señalan que la izquierda boliviana se enfrenta a su mayor reto desde 2005:
“La división no es solo entre líderes, es entre visiones de país. La llamada unidad parece más una estrategia de supervivencia que un proyecto político coherente”.
A medida que se acerca el periodo electoral, la incertidumbre crece dentro del oficialismo. Mientras Arce busca consolidar su candidatura y liderazgo, Morales mantiene su influencia sobre las bases, y Rodríguez se perfila como una opción en ascenso. La posibilidad de una candidatura única de izquierda, por ahora, parece cada vez más lejana.











